lunes, 12 de mayo de 2014

Café es Reco de Sa Bassa

El verano ya se acerca queridos seguidores, el calor aprieta y eso se nota en el centro de la ciudad. Mi vástago se obceca en llevar una manga corta, los ardientes rayos solares pueden con el. De hecho pueden con casi todos ya que la visión generalizada de los humanos paseadores del lugar es llevar una fina prenda encima de sus hombros. Pero no hemos venido a hablar del tiempo, claro que no, aunque es un factor importante para los amantes del café, muchos de ellos solicitan un vaso con hielo para estas fechas, a mi modo de ver no son tan amantes, ya que al aguar el café la gracia es poca.
Basta de rollos pues, vamos con la labor que nos acontece en es jueves de mayo, hoy elijo por descarte y cercanía el bar  es Reco de Sa Bassa. Muchos clientes están sentados, refrescos, bocadillos y algún que otro café existe en sus mesas.
Pido mi acostumbrado café con leche, al traérmelo denoto un intenso y profundo aroma que me llega antes de incluso acercarme a el. Esto pinta bien para empezar. El calor que emana de  su recipiente es incluso mas intenso que los calurosos rayos solares, el color es marrón, es fuerte, me declara una guerra en la que quiere ganar antes de empezarla. Me lo acerco y no puedo beberlo, mi entrenada lengua me susurra que de hacerlo enseguida, sufrirá unos daños de los que me arrepentiré por un tiempo.
Caso le hago, claro que si, mi sabia lengua se esconde y deja que unas suaves rachas de aire salgan, mis labios, traviesos, se juntan para que mi frió soplido sea mas concentrado, sienten cosquillas, una sensación que tienen muy a menudo, aunque no sea tomando café.
Al fin esta a punto, lo pruebo y la sensación es buena, no superior, pero tampoco desagradable. Es duro, fuerte, intenso, su color no engañaba, el segundo sorbo es igual, no cambia y mantiene su fuerza.
Al acabar una sorpresa me aguarda, una montaña de espuma ha quedado abajo, requiere de la cucharilla para poder ser probada. Es dulce y suave, parece como si el café la hubiera expulsado, como si no quisiera mezclarse con ella. Al deshacerse en mi boca remata el sabor del café y le da un toque final y agradable, que suaviza la dureza anterior, la unión de estos dos supremos factores convierten este tiempo invertido en un buen rato de una tarde de casi verano.

jueves, 1 de mayo de 2014

Porto, un sotano de altura

Queridos lectores, se que me he saltado una semana sin realizar critica alguna, pero espero que esta pueda calmar vuestras ansias de saber.
No es jueves, pero igualmente me dispongo a salir de casa no sin compañía, de hecho me obliga a ello mi fiel vástago y sus ganas de ver mundo.
Ya tengo un destino en mente por supuesto y me dirijo a el sin vacilar.
Divisó el bar Porto, local con terraza exterior e interior profundo a modo de  mazmorra. Al sentarme, mis ojos ya fijan su objetivo en el camarero y directamente mis labios se abren tímidamente siguiendo un impulso automático pidiendo un café con leche .
Curioso café, al mirarlo su espuma parece tan solida que solo la cucharilla me lo confirma al introducirse en su interior. No fácilmente, su gruesa espumosidad ofrece una resistencia que no había visto hasta ahora. Remuevo con delicados giros, suavemente como si acariciara el cuerpo de una mujer, con cuidado pero con pasion y ganas de empezar a probarlo.
El primer sorbo me hace abrir los labios mas de lo que estoy acostumbrado, la espuma quiere entrar pero su densidad no cambia, empuja y consigue su cometido, me obliga, quiere quedarse una rato en mi boca, quiere ofrecerme su sabor, su encanto, su personalidad.... Y quiere que yo me entere , que me de cuenta de su esfuerzo por gustarme y por ello hace lo posible, se desnuda ante mi para que yo la pruebe. Cuando lo consigue , entonces deja que el posterior liquido refuerce su misión ya lograda y despierte en mi paladar una orgía de sabor que provoca un escalofrío de placer en mi.
Contento me quedo pensando en el placer obtenido y que aunque me queda mucho por aprender, voy por un camino en el que las sorpresas son casi siempre muy agradables. Puedo decir sin equivocarme que ha sido un sólido y gran café con leche.